…vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. El séptimo día dio por concluida la labor que había hecho”
Con el trabajo de nuestras manos y el corazón en quien hace que todo sea bueno, queremos asemejarnos al Señor, que desde el inicio de la creación nos enseña -con su ejemplo- a contribuir, desde la sencillez, para que todo esté bien.
Así podemos llevar a buen término el encargo recibido: nos confía la creación, que no está terminada, para que con nuestro esfuerzo colaboremos a que esta llegue a plenitud.
Cada pasta, cada pequeña obra de artesanía, cada pincelada… lleva un Ave María por ti. Y, a través de nosotras, queremos que el Señor siga obrando esas maravillas que solo Él es capaz de hacer moldeando un poco de barro con Sus manos.